jueves, 17 de enero de 2008

Lair (PlayStation 3).

Desarrollado por Factor 5.

Lair es un juego entretenido; un “mata mata” de la antigua escuela pero vestido con traje 3D, pero con una jugabilidad bastante menos arcade. Controlaremos un arma mortífera, un dragón, capaz de destrozar todo lo que se ponga por delante. Un arma temible, tan sólo rivaliza con los demás seres volantes que pueblan el mundo de la producción de Factor 5. El sistema de control del dragón mientras vuela, es mediante el SixAxis y podría decirse que es meramente intuitivo, menos cuando intentamos hacer cosas bruscas o extremas. Como por ejemplo al girar más de 90 grados el control sobre si mismo, no conseguiremos realizar tirabuzones, sino que el dragón se vaya para el otro lado. En tierra el control se centra en las palancas.

En un mundo asolado por las catástrofes naturales, dos civilizaciones se baten en una guerra violenta por el control de la última fuente de agua de la tierra. Un lugar en el que los dragones y otras gigantescas criaturas combaten bajo el control de los hombres en una cruenta guerra entre dos facciones: Los Asylianos y los Mokai.

Con el poder de dominar a estas bestias de 40 toneladas a tu voluntad, carbonizarás, arañarás y devoraras a miles de enemigos mientras surcas los cielos en busca de más presas. Domina el arma de guerra definitiva mientras intentas darle la vuelta a la situación en una serie de combates aéreos y terrestres que se combinan con una historia épica y evocadora.

Seremos Rohn, un reputado domador de dragones perteneciente al ejército Asyliano, que descubrirá conforme avanza la historia que ni su bando es tan bueno ni el enemigo tan malo como pensaba.

Los escenarios son grandes, trabajados pero quizá demasiado vacíos. Los personajes, detallados y bien elaborados, pero con unas animaciones faciales muy rígidas, que quedan en evidencia, sobre todo en lo que respecta a las cinemáticas. En cuanto a las animaciones, las del dragón son intachables, y las demás púramente anecdóticas, de relleno. El epicentro de todo son los dragones, y su diseño y acabados han sido tratados en consecuencia. Es un auténtico regalo para la vista admirarlos de cerca antes de montarlos para cabalgar los cielos. Por eso quizá se echa en falta una vista mucho más cercana, que nos haga darnos cuenta del enorme tamaño de una de estas bestias mitológicas.

El titulo se basa en distintas misiones que deberemos de cumplir, ya sea destruir un barco o algún objetivo hasta el hecho de tener que defender una muralla de nuestros enemigos. Lo más satisfactorio es cuando combatimos con los ejércitos, primero sobre volamos las gigantescas formaciones para hacer algo de daño para luego aterrizar y arrasar a las tropas con zarpazos y fuego. Si andamos justos de energía podremos alimentar a la criatura con los soldados enemigos usando el botón superior de SixAxis.

Los combates entre dragones por su parte tienen tres variantes. El ataque rápido resuelve la batalla sin mayores problemas, se pulsa el botón del círculo y se hace un golpe mortal al enemigo que acaba con él instantáneamente. El ataque de golpe, por su parte, requiere de la fijar el blanco y cambiar la cámara a una perspectiva trasera para tratar de derribar al enemigo con golpes sobre su cuerpo. Por último los combates manuales son escenas más impactantes que efectivas en las que deberemos pelear en el aire contra otro dragón, pudiendo bloquear sus ataques, lanzar zarpazos, morder o disparar fuego sobre él.

En cuanto al control los movimientos son sencillos. Inclinando el SixAxis en una u otra dirección movemos al dragón. Por otro lado las palancas quedan para el manejo de la cámara, el botón x para acelerar, y los gatillos para frenar el movimiento de la bestia alada. Pero cabe mencionar que la exactitud se pierde a la hora de apuntarles a los enemigos, y eso que los objetivos en la mayoría de ocasiones son estáticos o de movimiento muy lento como barcos, tropas, catapultas, etc; pero donde Lair verdaderamente roza lo traumático es en los combates contra otros dragones. Por suerte contamos con un sistema de apuntado automático que se revela en los combates contra otras criaturas. Además tenemos una opción muy interesante que es la de lanzarnos a la espalda del dragón enemigo para así despojarlo de su jinete, muy al estilo Halo. También debemos tomar en cuenta que en el juego no controlamos directamente al dragón sino que controlamos al jinete, esto implica un retrazo en la respuesta de la bestia, que podría decirse que es excesivo.

Lair es un juego que, en lo visual, resulta sorprendente e insuficiente a partes iguales. El modelado de los dragones es excelente, sus animaciones muy cuidadas y su aspecto inmejorable. Pero donde verdaderamente destaca el título es en su esplendorosa recreación de bellos y gigantescos parajes. Las montañas, los castillos, las ciudades, los mares… todo ello está representado con maestría y el resultado es fantástico, aunque a veces estén muy vacíos. Pero del lado negativo tenemos bajísima resolución de algunas de las texturas, por ejemplo es fuego sobre algún objeto.

En lo sonoro destaca la portentosa banda sonora del lanzamiento. El compositor John Debney realiza un trabajo magistral y nos deja uno de los mejores scores de este año en el mundo del videojuego. Épica, repleta de bellos coros y con unas posibilidades y medios muy cercanos al cine.

Lair es uno de aquellos juegos que nos prometieron mucho pero que al final cumplieron poco o muy por debajo de lo pretendido; si para haber alcanzado el nivel que pretendían sus desarrolladores hubiese que esperar un año más yo no lo dudaría por un segundo, a pesar de que su retraso fue de un mes. Sin embargo el mal ya esta hecho y eso puede verse en muchas críticas que hicieron los estadounidenses.



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