lunes, 11 de febrero de 2008

Zelda Phantom Hourglass (DS).

La leyenda vuelve y un nuevo planteamiento a doble pantalla que recoge lo mejor de la trifuerza para continuar las aventuras que dejó sin terminar el héroe del viento. Más agua, más islas y más enigmas en un título en el que un simple grano de arena puede determinar el éxito de tu misión.

Esta historia comienza donde termina Wind Waker, en esa ocasión se nos contaban las aventuras que tuvo Link para salvar el mundo, siempre ayudado por una valerosa pirata llamada Tetra y toda su tripulación. Al final del juego, Link se marcha en el barco de Tetra para buscar nuevas tierras. Es en este punto donde comienza The Legend of Zelda: Phantom Hourglass. Como verán, este juego es una continuación directa del titulo de Game Cube, con el que no solo comparte su historia sino también sus personajes, su estilo gráfico y la importancia del mar.

Como decía, la historia continuará con lo contado en Wind Waker, para empezar nos encontramos a Link y Tetra en el barco de ella navegando en busca de aventuras. Cuando de pronto, aparece en el horizonte un barco de apariencia fantasmal y Tetra, la intrépida capitana sin miedo a nada pero inepta, decide ir a explorar. Algo ocurre y Link tiene que ir a rescatarla, pero el barco se aleja y nuestro protagonista cae al agua perdiendo el conocimiento. Afortunadamente, un hada llamada Ciela lo rescata y al oír su historia decide ayudarlo a rescatar a su amiga. Así comienza esta una aventura que nos llevará a recorrer las cuatro distintas cartas marítimas, uniéndose a nosotros poco después Linebeck, un capitán pirata algo cobarde, con buen corazón y poco eficiente.

En este nuevo título para Nintendo DS, la balanza de la trifuerza se desequilibra, dando una mayor importancia a nuestro ingenio a la hora de resolver puzles. La fuerza ya no es tan importante como antes. Por otra parte el cien por ciento de nuestras acciones serán llevadas a cabo por el stylus, tanto si vamos por tierra como si atravesamos las olas del mar. Por un lado sobre la superficie terrestre será suficiente con tocar el lugar exacto para que Link se desplace hasta él, pero en el mar deberemos trazar una ruta para dirigir nuestro navío. No siempre serán aguas tranquilas, sino que en algunas ocasiones tendremos que hacer uso de nuestro cañón para evitar que nos aborden.

La pantalla táctil, el micrófono e incluso la tapa de la portátil entran en juego. Phantom Hourglass realiza hasta ahora el mejor aprovechamiento tecnológico de la "dual screen", y es que vamos depender enteramente de nuestro stylus. Gracias a él dirigiremos a Link, ya sea golpeando a los adversarios o trazando la trayectoria de ataque de nuestro boomerang.

Cada isla, cada calabozo y cada enemigo final hace uso especial de las capacidades de la nintendo DS. Por ej: con el micrófono podemos soplar para apagar antorchas, gritar para llamar a un Goron que está al otro lado de un precipicio o chasquear los dedos para que nos reduzcan el precio de un ancla para nuestro navío. Pero lo mejor vendrá por parte de las posibilidades táctiles y de doble pantalla, las cuales muchas se van a complementar. La "dual screen" nos muestra permanentemente la acción a través de los dos visores, uno dedicado a la acción y otro centrado en mostrarnos nuestra posición en un mapa, sobre el que podremos escribir. De manera que en muchas ocasiones tendremos que marcar lugares específicos, trazar caminos ocultos, hallar intersecciones... o incluso rascar en determinados momentos el plano para hallar un símbolo que se encontraba escondido. También nos servirá para guiar nuestras bombas teledirigidas, así como accionar palancas, mover estatuas o realizar los típicos ataques de Link. Lo mejor de todo es que cada una de las acciones se realiza de una manera muy intuitiva que, aunque bien podría favorecer a los nuevos jugadores, supone también un poco de esfuerzo para los seguidores de la serie.

Sin embargo en esta nueva aventura nos obligaran a pelear con el tiempo, el cual tendremos muchas veces en contra. Ahora se nos otorgan nuevos retos contrarreloj que nos llevarán de forma repetida al Templo del Rey del Mar, el calabozo principal del juego, un lugar que visitaremos una y otra vez hasta llegar a la clave del mal que azota a este mundo sumergido entre las aguas. Será una localización donde poner en marcha los conocimientos y objetos obtenidos.

El apartado gráfico de Phantom Hourglass se muestra con una apariencia sobresaliente. Conserva el look del anterior Wind Waker, se nos presenta a un Link con cel-shading, con una proporción de polígonos adecuada que no deja ver las imperfecciones. Aunque tal vez sea por la lejanía de la cámara, situada en vertical y parcialmente ladeada. La música sigue sonando en un muy alto nivel, rescata en muchos casos antiguas melodías que en pocas ocasiones han logrado sorprendernos. Por otro lado tanto los gritos de Link, siguen iguales que en Wind Waker, aunque "resampleados" y con algo menos de calidad, pero que siguen conservando toda su gracia.

Este título no es sólo de los mejores juegos de Zelda aparecidos hasta la fecha, pero si el mejor ejemplo de cómo se sacar el máximo provecho a una consola como Nintendo DS. El stylus, el micrófono, la doble pantalla se usan para hacer que Link resuelva enigmas, desafiando constantemente nuestra inteligencia durante más de veinte horas. Si te gusta la leyenda seguro te agradara, y si eres nuevo, tal vez sea la ocasión para adentrarte en las aventuras de Link. Pero es un camino sin retorno.

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