Tanto Kadokawa como YouTube llegaron a un acuerdo para que la primera pueda tener un control total sobre cualquier contenido audiovisual suyo subido en la famosa página de vídeos de Google a partir de junio.
Hasta la fecha, las compañías tenían un control casi manual controlando los vídeos que no le gustaban, pidiendo a YouTube que los retirará cuando opinaban que alguno violaba sus derechos.
Gracias al acuerdo establecido, Kadokawa podría utilizar dichos contenidos para publicidad. En otras palabras, aquellos vídeos generados por los usuarios con material suyo, podrán ser utilizados de forma comercial insertando publicidad de alguna manera.
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